La primera, en la frente

Saludos cibernautas, oficinistas aburridos y demás fauna de este mundillo de intenné.

Hoy me atrevo a abrir este vuestro blog, donde podremos echar el ratillo hablando de nuestras cosillas con la única y sana intención de reirnos un poco de nosotros mismos y hacer patente y latente la idiosincracia de esa gente buena de verdad que pulula por el sur del sur.

Así que espero contar con vuestra participación, puesto que si no de nada serviría este balconcito al Guadalquivir: ¿qué sería del libro sin sus lectores?.

Ruego que sepáis disculpar mi inexperiencia así como comprenderéis amablemente mis muchísimas carencias, y que juntos me ayudéis a progresar en este proceloso océano de información (aunque la mayoría va a lo que va ...).