martes, 18 de noviembre de 2008

Sin tí

Ah, ya estás aquí.

Pasa, no te quedes ahí, hombre ...

Nada, sólo quería contarte que hace mucho tiempo que no escribo en serio, de las cositas esas de verdad. Y que hoy, con la tarde esta de otoño que tenemos, pues me ha llamado la señorita Melancolía para que ponga cuatro paridas.

Y es que ...No termino nunca de acostumbrarme.

Por más tiempo que pase, jamás llegaré a habituarme a vivir sin tí.
Sin tí, que me viste nacer.
Sin tí, que tantas veces me has oído llorar.
Sin tí, que fuiste testigo silente de mis primeros pasos, mis primeros besos, mis primeros versos.
Sin tí, que me oíste reír y reír al lado de mis amigos.
Sin tí, que me regalaste un Cristo Resucitado, una Esperanza Bendita y una Hermandad Rociera que alimentan la llama de mi corazón.
Sin tí, que me enseñaste a escuchar y vivir las coplas del carnaval, y cómo lo más grotesco puede llevar un mensaje implícito que te dá pellizcos en el alma.
Sin tí, que me enseñaste el amor, que me regalaste noches mágicas bajo una pálida luna que bruñía ese mar de plata, cuando la arena de la playa era el más mullido lecho que se pueda desear.
Sin tí, que me regalaste a mi madre, a mi padre, a mis hermanos, a mis abuelos, ... a mi familia.
Sin tí, que me regalaste a Lolo, a Jorge, a Navarro, a Aniceto, a Edu, a Antoñito, a Quini, ... a mis Hermanos.
Sin tí, que me regalaste a Jordan, a Pepe, a Odero, a Agu,a Álvaro, a Edu, a Juan, a Juanlu, a Rubén, a Tanque, ... a mis amigos.
Sin tí, que me transformaste en Adán para que conociera a mi Eva, mi costilla, mi mitad, mi complemento.
Sin tí, donde descubrí todo lo bueno y todo lo malo, todo lo dulce y todo lo amargo, todo lo sagrado y todo lo profano, todo lo sublime y todo lo atroz.

Sanlúcar del alma mía ... cuánto te echo de menos. Me faltan dos semanas para estar contigo, de vacaciones, y no sé por dónde empezar. Quizá me pare por la tarde en la playa, a fumar un cigarro, escuchar el mar y mirar sin ver. Y también tengo que ir a la plaza, a impregnarme de sus sonidos, de sus olores. No puedo dejar de pararme en la puerta de San Miguel a ver pasar a esos castizos hijos del Barrio Alto, ni tranquilamente tomarme una cerveza en Balbino y dejarme ver un poquito.

Si, ya sé que te aburro. Perdona. No quería hacerlo, de verdad. Simplemente ... es que desde que en Maternidad me devolviste el eco de ese mi primer grito, te llevo muy muy dentro de mí, Sanlúcar de mis entrañas; ya te dejo, de verdad.

Pronto nos veremos de cerca: no dejes nunca que te cambien esos que sólo miran a su ombligo.

3 comentarios:

CONDE DRACO dijo...

hombre, que alegría. ya creía que te habías olvidao del blog. cuando vayas a la playa a fumá, a la plaza a impregnarte con sus olores, y te jarte de está en la esquina de la Puerta Jeré te pues pasá a vé mi casa, y arrastra con tó el que puea. que ésta gente no salen de Sanlúcar ni con agua jirviendo.
haber si publicas más amenudo, que me tienes aburrio

callejón de los trapos dijo...

La melancolía crece siempre lenta, pero una vez que anida en el corazón solo tiene una única solución, y esa no es otra que el regreso. Sanlúcar con sus grandes defectos y sus grandes virtudes por explotar, tiene un ambiente un embrujo especial, que no único, sino diferente, que te hace pesnar en ella todo el tiempo sin solución de continuidad. Ojalá te vea pronto por la tierra, sería buena nueva para ambos.

Un saludo

pitijopo dijo...

Pues compañero Conde Draco, amenazo en que la primera semanita de Diciembre, en la que estoy de vacaciones, recogeré a los Judas estos y nos llegaremos a tu casa ... ahora, cuidadín con lo que deseas, que se puede convertir en realidad ...

Callejon de los trapos, es que como Cádiz no hay ná y Sanlúcar es el Paraíso, por lo menos para este humilde blogero que se muere por estar con su gente y en su tierra. Ojalá prontito tengamos ese asuntito entre manos y podamos tapar algunos agujerillos ...